Hermano Gabriel Taborin

El carisma del Instituto de los Hermanos de la Sagrada Familia nació en la Iglesia por impulso del Espíritu Santo, en la persona del Hno. Gabriel Taborin.

Gabriel Taborin nació en Belleydoux (Francia) el 1º de noviembre de 1799 en el seno de una familia profundamente cristiana constituida en torno a sus padres Claudio Taborin y María Josefa Poncet y a sus hermanos.

Durante su infancia en Belleydoux (1799-1824) asumió el despertar de los laicos que en su pueblo habían mantenido viva la fe durante los años de la Revolución Francesa. Desde muy pequeño, inició una serie de actividades de animación en su parroquia natal, pasando de los juegos infantiles de carácter religioso a un progresivo compromiso laical ejerciendo en su pueblo las funciones de cantor, sacristán, catequista y maestro.

En ese contexto, Gabriel descubrió la llamada de Dios a la vida religiosa.

En 1824 abandonó su pueblo natal, itinerando (1824-1829) por distintos lugares de las diócesis de Saint-Claude y Belley, en busca de una forma de vida que uniera sus aspiraciones religiosas y su pasión por las funciones de maestro y catequista en una parroquia rural.

Su deseo de incorporar a otros jóvenes al proyecto, lo llevó a fundar su propia congregación religiosa laical: los Hermanos de San José.

Los varios intentos de formar una comunidad de Hermanos de San José concluyeron en el fracaso y después de superar nuevas dificultades, en 1833 fundó en Belmont el Instituto de los Hermanos de la Sagrada Familia, fruto de su intuición y de la protección, orientación y amistad con Monseñor Devie, obispo de Belley, quien en 1838, aprobó las reglas de la congregación.

En Belmont (1829-1840), el Hermano Gabriel pudo encarnar su proyecto reuniendo a una comunidad religiosa estable, logrando enviar sus primeros Hermanos como sacristanes y maestros a varias parroquias y escuelas.

En 1840, la comunidad se trasladó a Belley, la ciudad episcopal. Durante su estadía en Belley (1840-1864), el Hno Gabriel se consagró a formar a sus Hermanos y a consolidar su Congregación, ocupándose de las nuevas fundaciones, visitando frecuentemente las escuelas y parroquias donde trabajan los Hermanos, y escribiendo algunos libros destinados a los niños, los jóvenes y las familias, en los que integra la promoción cultural y la evangelización.

Durante esos años, la amistad con San Juan María Vianney, el cura de Ars, lo confortó y contribuyó a consolidar la obra. Las aprobaciones del Instituto por parte del Papa Gregorio XVI y del rey de Cerdeña constituyeron el reconocimiento formal de la Iglesia y el Estado, y permitieron su expansión en la región.

El Hermano Gabriel Taborin murió en Belley el 24 de noviembre de 1864, dejando un proyecto y un carisma originales que van mas allá de de las formas concretas en que él pudo realizarlo. A lo largo de su historia, el Instituto de los Hermanos de la Sagrada Familia ha encarnado ese proyecto de diversas maneras.

Hoy, religiosos y laicos encarnan su proyecto en diferentes ámbitos, privilegiando la educación, la catequesis y la animación litúrgica, propiciando la inculturación del evangelio en diferentes culturas, con la misma fe y el mismo entusiasmo de los orígenes.

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