Perfil del Alumno
El colegio quiere formar un alumno capaz de:
- Asumir su propia identidad, valorando su dignidad personal y descubriendo el sentido trascendente de la vida.
- Definirse a sí mismo como una personalidad armónica, equilibrada y madura psico, biológica y espiritualmente.
- Desarrollar su proyecto de vida de forma libre y responsable.
- Abrirse a la cultura y los problemas de su tiempo, valorando críticamente la realidad y los procesos históricos.
- Integrarse con los demás en la construcción de la sociedad asumiendo su propia vocación como servicio.
- Ser artífice de su propia cultura, participando activa y creativamente en su desarrollo y en la promoción de sus valores.
- Crecer en la experiencia de Dios, descubriendo su presencia en los hombres, en el mundo y en la historia.
- Aspirar y esforzarse por vivir conforme al mensaje evangélico de Jesús centrado en el amor.
- Asumir el “espíritu de familia” como expresión carismática congregacional
- Vivir como miembro de la Iglesia comunitariamente la fe y comprometerse en su misión evangelizadora.
Propuesta Educativa
El colegio es una comunidad de fe que participa de la misión evangelizadora de la Iglesia, desde el estilo de Nazaret, propiciando una síntesis fe, cultura y vida en toda la dinámica escolar.
Como escuela creyente, el colegio anuncia Jesús como sentido de la vida haciendo experiencia de un Dios encarnado, vivo, presente en el mundo, en la vida de comunidad y de las personas. Por eso, el colegio se propone educar desde el horizonte del Evangelio, abriendo un diálogo con las ciencias y la cultura, para mirar y asumir las realidades humanas desde sus valores.
Como escuela de la Sagrada Familia, educa en un ambiente animado por el “espíritu de familia”, procurando la creación de unas relaciones fraternas y familiares en la sencillez de lo cotidiano. De este modo se enriquece la propuesta educativa y se asume la educación como ejercicio y convivencia compartida que mejora y fortalece la vida de las personas. Por ello, el colegio educa en comunidad y para construir comunidades.
Comunidad educativa y comunidad cristiana al mismo tiempo, sus integrantes hacen experiencia de vida comunitaria y se constituyen en comunidades de aprendizaje, de humanización y de vida cristiana.
En el colegio toda la experiencia comunitaria está al servicio del aprendizaje, haciendo posible que todos sus integrantes aprendan, aunque de distintas maneras y desde distintos lugares.
Esta experiencia vincular procura la creación de espacios de humanización “constructores del hombre en la integridad de sus dimensiones y de lugares de relaciones auténticas que ayudan a las personas a hacerse conscientes de su valor y dignidad.”
La vivencia comunitaria es a la vez un medio de evangelización privilegiado; una propuesta para vivir la vida cristiana.
Acorde con estos rasgos que lo distinguen, el colegio ofrece una educación integral, de calidad y para transformar la realidad.
El colegio promueve una educación integral que se preocupa por formar a la persona en todas sus dimensiones: personal, comunitaria y espiritual. Por eso la propuesta educativa del colegio abarca un amplio espectro de saberes, desde los propios del ámbito científico, hasta aquellos asociados al mundo de las emociones, los vínculos, las actitudes, el propio cuerpo y lo trascendente.
El colegio procura también, una educación de calidad, formando personas competentes, capaces de desempeñarse en los distintos ámbitos de la vida personal y social, desarrollando una mirada crítica que les permita asumir el ejercicio de una ciudadanía nueva.
Finalmente, el colegio propone una educación para transformar la realidad desde los valores evangélicos, formando personas en el discernimiento, la justicia y la solidaridad, capaces de comprometerse en la construcción de una sociedad más justa e inclusiva.