Hoy en este día y en nuestra casa puesta bajo su protección, dejemos que San José nos inicie en el misterio del silencio, que se hace espacio sagrado de oración, donde el mismo Dios vaya pronunciando sus palabras. Que Él nos revele la grandeza y la hermosura, de hacer con sencillez y amor las pequeñas cosas de cada día y nos enseñe la fecundidad de la simpleza de lo cotidiano, con el corazón y la mirada puestos en Dios, que pasa por la historia y la hace historia de salvación.
¡FELIZ FIESTA DE SAN JOSÉ!!!